jueves, noviembre 27, 2008

Leer, leer y leer

De pequeño se estudian cosas que no se entienden o se entienden parcialmente, pero que con los años van tomando sentido.

Un ejemplo de esto que digo, es toda la literatura que me hicieron leer en el instituto (que fue mucha). Muchas novelas, mucha poesía y mucha filosofía.

En aquel momento, el objetivo, no creo que fuese más allá de intentarnos inculcar el hábito de la lectura y hacer que mejorara nuestra ortografía, pero con el tiempo, esos aspectos quedan atrás y surge el verdadero valor de esas horas invertidas, el significado e incluso la relación sentimental con autores que nunca conoceré.

Recuerdo la famosa "Canción del Pirata" (José de Espronceda), que me hicieron aprender de memoria y de la que me gusta especialmente el siguiente fragmento:

Allá; muevan feroz guerra

ciegos reyes

por un palmo más de tierra;

que yo aquí; tengo por mío

cuanto abarca el mar bravío,

a quien nadie impuso leyes.

José de Espronceda nació en Almendralejo (Badajoz) en 1808 y murió a los treinta y cuatro años cuando se iba a casar con Bernarda de Beruete.

Nos separan casi 200 años, pero me siento muy cerca de algunas cosas que escribió.

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